CUSTODIA COMPARTIDA
En mi casa se comentaba estos días el anteproyecto de ley del divorcio que aprobó el viernes el Consejo de Ministros, lo de la custodia compartida y todo eso, y al hilo de este tema nos topamos con esta carta al director de un lector del diario El País publicada en estos días.
Dice así entre otras cosas:
"........ los que, hasta ahora, estábamos verdaderamente enfadados ideológicamente éramos los padres que sentimos esto de la paternidad desde la redefinición de nuestra masculinidad. Los que llevamos un largo historial de lucha por el feminismo real (no el de salón) y que hemos visto cómo la justicia no se repartía por igual: existía una discriminación por género. Como si nosotros, los padres, no fuéramos un referente modélico para los niños; ¡hasta ahí podríamos llegar!
En segundo lugar, la señora Alemany (Asociación de Mujeres Juristas Themas, que piensa que la custodia compartida no es conveniente)no tiene mucha idea de lo que quiere decir sé hijo de padres separados. Quiere decir que, aunque tus padres no tengan la custodia compartido has de ir de un lado a otro, tienes dos casa, tienes dos habitaciones, todo esto por una sencilla razón: tus padres no viven juntos, están separados. Y no por ello se siente ningún tipo de inseguridad; a no ser que, con quien convive mayoritariamente el niño, es decir, quien tiene la custodia exclusiva le transmita esa inseguridad.
Creo que todas las críticas hacia este progresista anteproyecto de ley, ocultan algo que no se atreven a decir. Ocultan el miedo a pérdida de un falso marchamo de “persona responsable” de las mujeres, ocultan el miedo a la pérdida de un statu quo que les era muy beneficioso, tanto crematística como emocionalmente, y, además, oculta el reconocimiento de que algunos hombres hemos evolucionado y ya no somos el Homo erectus, que en algunos medios y anuncios televisivos se empeñan en perpetuar. Nosotros hemos madurado. Ahora os toca a vosotras asumirlo".
Jordi Esteban González. Barcelona
Sólo diré que estamos de acuerdo en todo lo que dice, sobre todo en que las mujeres tenemos que comenzar a asumir que los hombres están igual de preparados que nosotras para ejercitar su labor, pero que cada caso es particular y que ni todos los hombres están preparados para tener la custodia compartida con su ex-mujer ni todas las mujeres lo están para compartirla con sus ex-maridos, porque por desgracia normalmente priman sus miserias encontradas antes que el bien de sus hijos. Pero que, aquellos que sean capaces y que, por supuesto, por sus circunstancias puedan compartirla, deberían hacerlo, pues yo pienso que para el niño es lo mejor.
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