La Impaciencia del Corazón
Hoy como cada domingo por la tarde, me encontraba leyendo en el sofá de mi casa el periódico, en concreto en el suplemento dominical un articulo de Fernando Trias de Bes y me he visto reflejada tanto en su articulo que no quiero dejar pasar la ocasión de escribir algo al respecto.
El articulo habla sobre EL PUNTO DEBIL, ese que nos hace vulnerables.
(DEBIL= “que por flojedad de ánimo cede fácilmente ante la insistencia o el afecto")
Dice el articulo que los manipuladores juegan con nuestra debilidad y que hay dos tipos de manipuladores:
- Los avispados, que son aquellos que prometen resultados rápidos y fáciles, que nos muestran todo lo que tendremos si hacemos aquello que nos proponen. (mi jefe)
- Y los más peligrosos, los invisibles, nosotros mismos. Los que vamos tendiéndonos trampas, engañándonos para provocar situaciones que confirmen nuestra visión ya sea positiva o negativa de las situaciones. (yo en mi curro)
¿Por qué lo hacemos?
Pues por debilidad (soy debil)
¿Qué de donde nos viene esa debilidad?
Dice el Trias que principalmente del miedo y del deseo.
El miedo, según él, nos provoca incertidumbre y esa incertidumbre hace que pongamos nuestro destino en manos de otra persona (yo se lo doy a mi jefe argg), hace que sin darnos cuenta neguemos nuestra propia libertad. (me tiene secuestrada en la ofi y yo sonrioooo)
Y por otro lado el deseo de comprobar que alguien reconoce nuestra inteligencia, nuestra eficacia (este ego que el Trias me acaba de recordar que tengo por ahí) hace lo propio.
¿Cómo podemos evitarlo? ¿Cómo podemos evitar que no ataquen a nuestro punto débil?
Pues según mi amigo Fernando, intentando que el manipulador no nos pille con la guardia baja, con las dudas mas grandes que las esperanzas… porque cuando intentamos negar la evidencia y minimizamos los argumentos de la razón, estamos pillados…
Es entonces cuando hay que pedir tiempo, hay que renunciar a la impaciencia del corazón (y no sabéis cuanta tengo yo acumulada) y dar tiempo a que nuestra voluntad se rehaga y recupere la objetividad que el uso de la razón no nos niega nunca.
Jefeeeee, soy otra….. y ya no me pillas más…. Te vas a cagarrrrr (que va a ser que no)
(yo a mi misma, mismamente) ssssshittt sacabo, me oyes? Despacito y con buena letra.
Bueno, no se si obtendre resultados pero por lo menos estoy en conocimiento de causa
Gracias Fernando!
<< Home