No importa como se plantean las cuestiones, ni con que animo, ni con que talante, si ella no quiere escucharte, si a ella no le gusta lo que acabas de cuestionar, ni las razones que le expones para cuestionarlo, la conversación degenerará hasta el extremo en que dejará de ser conversación y pasara a ser una escena patética, donde la prepotencia y la soberbia adquieren el papel estelar frente a la calma, la razón y la lucha por lo que es justo.
Y cuando eso ocurra... las palabras se volverán insultos y si eso no me amedrenta, entonces, se tornarán amenazas.....
Y amenaza porque es su recurso....
Y amenaza porque no tiene armas...
Amenaza porque no tiene fuerza....
Amenza por impotencia....
Y es entonces cuando más aflora su patetismo, porque esta perdida, porque en esos momentos no es nadie....
Porque las amenazas de una persona tan desgraciada como ella son incoloras, inodoras e insípidas cuando tienen en frente a la razón.
Hoy he ganado de nuevo, tan solo manteniendo la calma....
!QUE PENA ME DAS!
<< Home