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Cosas mias, cosas nuestras

Esta supermega peich nace con el deseo de encontrarme con vosotros o mas bien de no alejarme de vosotros... nace en un momento de mi vida donde todo va a cambiar de una forma radical.... nace al mismo tiempo que comienzo a caminar hacia lo que siempre quise... hacia lo que siempre desee y para colmo con quien siempre soñe... Asi que..... chiquitineees chiquitinaaassss venir a verme de vez en cuandoo valee?????

3.4.04

SABER PERDER



Ganar y perder son hechos que ocurren en la vida diaria y ser un mal jugador no es una caracteristica apreciada. ¿Nos gusta jugar a las damas con un niño que acaba de tirar el tablero al suelo? ¿Votarán los compañeros de clase por Pepito la próxima vez que se presente como candidato si cuando pierde las elecciones les regaña porque no le han votado? ¿Qué pasa si fanfarronea de su éxito? ¿Le gusta a los otros niños jugar con “Gloria”, que siempre llora cuando pierde, o con Ana que pasea su triunfo por las narices de todos cuando gana?
El aprendizaje de ser un buen perdedor no se logra de la noche a la mañana. La mayoría de los niños pasan por la escuela con problemas para saber perder. Pero si los padres dan un buen ejemplo de ser buenos perdedores y no aceptan otro tipo de comportamiento por parte de sus hijos, los pequeños aprenderán a serlo y a ser un buen ganador también.

a) Explicar el espíritu deportivo

Cuando el tema salga a colación naturalmente hay que explicarles a los niños el significado de saber perder y saber ganar con corrección. Debemos utilizar términos como buen perdedor y buen ganador con frecuencia, describiendo situaciones en las que las personas no se recrean, ni hacen mala cara, o pataletas, ni fanfarronean o se sobre valoran.

b) Demostrar deportividad

Los niños aprenden de lo que ven, especialmente de lo que ven hacer a sus padres.
· Debemos ser para ellos un buen ejemplo. Los padres debemos saber perder deportivamente y ganar con buen talante. El niño aprenderá a hacer lo mismo y a copiar los actos de sus padres cuando se encuentre en una situación difícil.
· Reaccione positivamente cuando el niño pierda o gane. También aquí es necesario saber actuar con deportividad. Algunos padres se comportan peor que sus hijos en una confrontación deportiva. Se trata de hacer verídico el viejo dicho: “Lo importante es participar”

c) Practicar los buenos modales

Debemos también proporcionar al niño la oportunidad de practicar las respuestas calculadas. Para los niños pequeños, lo más apropiado es que se les dé la oportunidad de practicar con hechos como ganar y perder.

· Juguemos con nuestros hijos. Mientras jugamos podemos hacer comentarios para enseñar al niño como debe reaccionar: “Vaya lo has hecho muy bien esta vez” o “De acuerdo, he ganado esta partida, pero eres un buen contrincante. No sé si podré ganarte la próxima vez”.
Si practicamos la deportividad en varias ocasiones, tanto naturales como privadas conseguiremos que el niño al que le tiemblan los labios, aprenda sonreír. La mayoría de los niños lo capta en seguida y aprende a controlar sus reacciones.

· También podemos indicarle frases que podrá decirle a sus contrincantes en caso de ganar como “tu tiro fue fantástico. Fue muy difícil pararlo” o en caso de perder como “Te felicito, lo hiciste muy bien” o “Estoy esperando la revancha”.

· Indicar a nuestros hijos como reaccionan los profesionales, es otro punto que puede ayudarnos. Cuando veamos partidos televisados, podemos hablarles del modo en que los atletas reaccionan cuando ganan y cuando pierden. Elogiaremos a los que actúan deportivamente y podemos comentar con ellos las diferentes reacciones de estos.

d) No aceptaremos comportamientos antideportivos

Si el niño no sabe actuar deportivamente, deberíamos indicarle que es inaceptable. Si Paquito tira las cartas al suelo cuando pierde, no hay que jugar la próxima partida con él o hay que excluirle del juego hasta que demuestre que sabe comportarse. Si el hecho de no saber perder ocurre en un grupo, hablaremos con el entrenador o avisaremos a nuestro hijo de que se le excluirá del grupo si ocurre otra vez. Luego, hay que ser consecuente con lo que se ha dicho, por supuesto.

e) Reforzaremos las conductas de deportividad

Les debemos reconocer y elogiar sus esfuerzos para actuar como un buen ganador, sin que les importe la puntuación. Comentarles también las buenas conductas que veamos en los demás jugadores.